Encontrándonos en Semana Santa, y en medio de esta crisis que nos aqueja a todos, mi amorcito y yo decidimos irnos a dar un paseo en moto. La idea en un principio fue llegar a Zarcero, y de ahí movilizarse a la zona de Bajos del Toro, para volver al día siguiente.
Uno de los grandes retos fue, prepararnos para llevar lo mínimo necesario, ya que solo contabamos con el espacio de dos maleteros laterales y un maletincito de cola para la moto. Con esto en mente, Kathia se hizo a la tarea de preparar el equipaje, reto que fue llevado a cabo de forma excelente.
El viernes santo, salimos temprano de nuestra morada en Pozos de Santa Ana, partiendo hacia el sector de Belén para tomar la ruta nacional número 1, o sea, la Interamericana. Como salimos sin desayunar, hicimos la primera parada en Naranjo. Por suerte una panadería estaba abierta y ahí desayunamos. Luego, la travesía continuó hasta Ciudad Quesada, donde descansamos un rato y aprovechamos para llamar a diversos hospedajes a ver si había espacio disponible.
En ese momento, la crisis actuó a nuestro favor, ya que de tres lugares que llamamos, los tres tenían espacio. Al final nos decidimos por el más económico, y nos dirigimos hacia la Fortuna.
Hacía mucho tiempo que yo había pasado por ese sector, y literalmente, pasado, de manera que no tenía conciencia de la belleza del lugar.
La Fortuna de San Carlos es un lugar privilegiado como pocos en este país y posiblemente en el mundo entero. Sus atractivos naturales así como su gente lo hacen un lugar muy especial. La presencia del Arenal, a cuyos pies se levanta la ciudad, es simplemente sobrecogedora.
Ya instalados en el hotel, procedimos a dar una vuelta por los alrededores, para planear que hacer para el día siguiente.
El sábado, nos fuimos a conocer la catarata de La Fortuna, y luego, pasamos a un balneario de aguas termales, donde estuvimos el resto del día, prácticamente metidos en el agua.
Para el domingo, la idea era salir lo más temprano posible, pero una inoportuna lluvia matutina nos atrasó alrededor de una hora, ya que no llevamos el equipo para transitar en esas condiciones. Pasada la lluvia, nos lanzamos a la ruta, saliendo hacia Muelle de San Carlos, para llegar a Aguas Zarcas y conectar con Venecia, para tomar la ruta por Bajo del Toro hacia Sarchí. Ese tramo especialmente fue de cuidado, ya que la trocha que va desde Bajos del Toro hasta La Luisa es muy angosta. Al final, llegamos al sector de Belén como a la 1:30, por lo que procedimos a para en la Casona del Cerdo por un Chifrijo y unas cervezas (que no pude consumir en La Fortuna por culpa de la mojigatería de la ley seca).
Para ya no cansar con el cuento, el viaje fue un éxito. Visitamos una zona bellísima que sin dejarse llevar de manera superficial por el "boom" del turismo (será que no es turismo reggeatonero, como el de las playas), ha sabido mantener el calor, la sencillez y la tranquilidad de pueblo que a veces nos parece tan relajante y saludable.
Desde este blog, un saludo y un abrazo a la gente de La Fortuna de San Carlos.
